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El 12 de marzo de 1952, un tramo de autopista cercano a Stuttgart fue el escenario elegido para presentar el Mercedes-Benz 300 SL (W194), conocido como “Gullwing” (“Alas de gaviota”) y que actualmente sigue siendo uno de los modelos más bellos y codiciados del mundo. El 300 SL no sólo significó la entrada de Mercedes-Benz en la alta competición de Fórmula Uno, sino también el germen de la generación nacida en 1954 bajo las mismas siglas SL –“Sport Leicht” (Deportivo Ligero)- que, desde entonces, ha creado seis generaciones del modelo convertible más icónico de la Historia. Un recorrido cronológico por esta exclusiva gama Mercedes-Benz, desde el originario 300 SL hasta la actual etapa de renacimiento protagonizada por el Mercedes-AMG SL Roadster y la futura versión híbrida enchufable para 2024, es esencial para descubrir la legendaria saga de la estrella más potente en la galaxia automovilística.
La primera generación: Del Mercedes-Benz 300 SL al 190 SL (1954-1962)
En 1954 con el Mercedes-Benz 300 SL se inicia la producción de la Clase SL, un lujoso deportivo biplaza disponible en versión coupé de techo rígido desmontable y en versión roadster de capota abatible o con ambos techos. Destaca en su palmarés haber sido el primer automóvil en incorporar un motor de gasolina con inyección directa de combustible con potencias máximas de 215 CV y 243 CV. En 1956, la nueva versión Mercedes-Benz 300 SL Roadster eliminaría las puertas de apertura vertical y continuó perfeccionándose incorporando frenos de disco en todas las ruedas y motor de aleación.
Desde su llegada a Estados Unidos alcanzó un éxito absoluto siendo el país en el que más unidades se vendieron. Ante el gran éxito logrado se decidió comercializar un modelo que combinara el carácter deportivo con exigencias más cotidianas para llegar, de esta manera, a más conductores. Fue así como en 1955 nació el Mercedes-Benz 190 SL, considerado como el precursor del mítico SLK, que en su debut contaba con 4 cilindros y una potencia de 105 cv, lo que le permitían alcanzar una velocidad de 170 km/h. Muchos de los componentes del chasis y motor fueron tomados de la Clase S, mientras que los elementos de estilo, como el paragolpes y la parrilla delantera, se inspiraban directamente en el Mercedes-Benz 300 SL.
La producción del 190 SL y del 300 SL, en la planta de Sindelfingen, finalizó en 1963, dando paso a la siguiente generación.
La segunda generación: Mercedes-Benz 230 SL – 250 SL – 280 SL (1963-1971)
Con el código de carrocería W113, el nuevo modelo Mercedes-Benz 230 SL Coupé Roadster adoptó un diseño de línea baja y grandes ventanillas curvadas, por lo que sería popularmente conocido con el nombre de “Pagoda”.
En 1968 se aumenta el motor y el modelo pasa a denominarse Mercedes-Benz 250 SL.
Entre 1969 y 1971, el último de los modelos Mercedes-Benz 280 SL, introduce algunos cambios de estilo, como los tapacubos cerrados en las ruedas.
La tercera generación: Mercedes-Benz R 107 (1971-1989)
Mención especial merece el siguiente automóvil de la Clase SL, el Mercedes-Benz R 107 (W107), vehículo pionero en incorporar un motor de ocho cilindros. El primer modelo de esta generación fue el Mercedes-Benz 350 SL, un descapotable de elegancia innata que superó ampliamente las cifras de ventas de sus predecesores. Durante los 18 años de su producción se fabricaron más de 230.000 unidades con una amplia gama de motores revisados para superar los niveles de rendimiento y cumplir, además, con los límites de emisiones.
La cuarta generación: Mercedes-Benz R 129 (1989-2001)
En 1989, el 35 cumpleaños de la Clase SL marca la línea del ecuador desde su nacimiento hasta el presente. En esta etapa, el fabricante alemán apuesta por la fusión de conceptos, revoluciona la tecnología y eleva los estándares de seguridad superando rigurosos controles en las pruebas de impacto del primero de los modelos, el Mercedes-Benz 500 SL (conocido en Estados Unidos como 560 SL), un convertible de dos plazas con cambio automático, motor V8 y 326 CV de potencia. El vehículo disponía de control eléctrico de los asientos, espejos y ventanillas, mientras que la capota de lona incorporaba un accionamiento electrohidráulico. En 1992, el Mercedes-Benz 600 SL fue su sucesor, mejorando la mecánica con un motor V12 y en 1995 llegaría el SL 73 AMG, considerado el tope de la gama a pesar de su edición limitada e intermitente que, en su mejor versión, ofreció un motor de 7,3 litros y 12 cilindros.
La quinta generación: Mercedes-Benz R 230 (2001-2011)
La innovación es la insignia de la nueva generación Mercedes-Benz SL Class para el cambio de milenio. La primera incursión innovadora fue la de incorporar al Mercedes-Benz 500 SL el techo de acero “Vario Roof” plegable y retráctil. Gracias a esta tecnología, se habilitaba tanto un convertible como un coupé en el récord de 16 segundos. La segunda innovación llega con el Reestiling 2008 del R 230, una profunda revisión por dentro y por fuera que sintetiza la filosofía más moderna de la marca. El diseño renueva tanto el frontal como el capó atravesado ahora por dos largos nervios y una sola barra en la parrilla. El motor mejora en comportamiento y potencia sin aumentar su consumo. Por último, en las tres versiones AMG Clase SL de este periodo sobresale el exclusivo Mercedes-Benz SL 65 AMG Black Edition con techo fijo coupé de producción limitada y su variante deportiva “Black Series”, un automóvil que superó a todos plusmarquistas del segmento con una velocidad de 320 km/h gracias a su motor biturbo V12 con 612 CV de potencia máxima combinado con una ligera carrocería de fibra de carbono compensada con un alerón trasero que emerge a partir de los 120 km/h.
La sexta generación: Mercedes-AMG SL, “The Star is Reborn” (2011 – presente)
El inicio de esta generación que se extiende hasta la actualidad coincide con su sexagésimo aniversario. La experiencia y la pasión de seis décadas se fusionan para superar los objetivos más exigentes en rendimiento, seguridad y estilo. En este tiempo, el diseño queda íntegramente a cargo de Mercedes-AMG y alcanza su máximo exponente en la última propuesta del cabriolet más icónico: el Mercedes-AMG SL Roadster. El nuevo modelo recupera sus orígenes con una carrocería coupé descapotable. El interior de 2+2 plazas, combina el cuero y la fibra de carbono e incorpora la más alta tecnología ofreciendo una instrumentación 100 % digital. La pantalla de 11,9 pulgadas con inclinación eléctrica graduable genera animación 3D en tiempo real e integra el sistema de info-entretenimiento MBUX. En la mecánica, la versión Mercedes-AMG SL 55 4MATIC+ cuenta con un motor 4.0 V8 y 476 CV, mientras que el Mercedes-AMG SL 63 4MATIC+ alcanza los 585 CV.
Para el 2024 se espera la primera versión híbrida enchufable del segmento que también va a ser el modelo más potente de todas las generaciones anteriores. El Mercedes-AMG SL 63 S E PERFORMANCE combinará lo mejor de la propulsión eléctrica con la potencia dinámica de un roadster en un motor biturbo V8 que promete alcanzar un rendimiento de 816 CV, confirmando así que el SL fue, es y será el cabrio más icónico de la historia.
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